23 julio 2020

Cuando las nubes cubran el cielo

Cuando las nubes cubran el cielo no es mi primera novela, pero sí será la primera en abandonar el nido y echar a volar. Sus frases, ahora tan limpias y legibles, están llenas de las horas de sueño que no dormí, los párrafos enteros que emborroné, los datos perdidos que luego nunca usé y las páginas y páginas que al final acabé tirando. Hoy, en mitad de la noche oscura en la que escribo estas palabras, podría hablaros del miedo que siento al mirarla, de cómo me gustaría que se hiciese un hueco en alguna estantería o de la capacidad que tiene Cuando las nubes cubran el cielo de transformarme en ese niño que le escribe una carta a alguien (a todos vosotros) y espera, nerviosamente, a que la suerte deje que ese alguien le responda.

Pero, sinceramente, creo que al final nada de eso importa demasiado; las historias, sin que podamos controlarlo, nacen por la fuerza más simple del mundo: la gravedad. Y es que, como dice Love of Lesbian en El Poeta Halley:

Gracias por estar aquí; y ojalá nos leamos pronto entre líneas.